viernes, 30 de noviembre de 2007

Vagando en un estado entre la consciencia y la imaginación, el teléfono sonó. Dudando, sin cogerlo, planteando una evasión al corazón.
Sabía que eras tú aunque no fuese capaz de distinguir tu nombre en la pantalla. Descolgé.
Trataste de decir algo, divagabas , no conseguí comprenderte.

Pasenado en un estado entre la cordura y el frenesí me acequé hasta donde vives.


Cuando abriste la puerta tu cara mostraba días de cansancio.. no supe que sucedió, ni tu te dignaste a explicarmelo. De pronto algo en tí se encendió, un arranque de pasión te obligó a besar mi cuello, mordisquear la oreja. A pesar de que pareciese resistirme sabias que me moria por dejarme llevar.. una vez más. Me replanteé la situación "He de irme, lo siento. No debía haber venido"
Pero aquello no te parecio razón para detenerse y cogiendome por la cintura me alzaste contra la pared. Eso fue suficiente. Todo comenzó. Un caos de saliva, caricias y ansias tomaron el control, poco a poco, por el pasillo hasta la habitación.

Abrigo, guantes.. Camisa y botas en el suelo, una camiseta rezagada sucumbia a la inquietud.

Recostada en un estado entre la consciencia y la imaginación... el teléfono sonó. Alli estaba, en mi habitación. De nuevo el mismo sueño sin final, que va siendo definido por tus actos en la vida real. Dudando, sin cogerlo, planteando una evasión a la realidad