domingo, 27 de enero de 2008

Un libro entreabierto junto a su mano al lado del sofá indicaba que alguien se había adentrado demasiado en los mundo irreales de la historia narrada.

Caminaba por calles modeladas al antojo del viento, con puertas y ventanas dibujadas con tiza en las aceras. De pronto, una de las muchas ventanas se abrió y dejo oír una melodía.. peculiar. Se acercó hasta el lugar de procedencia de esta música y cuando estaba lo suficientemente cerca, como si de una aspiradora se tratase, la rendija le absorbió.
Desde ahí dentro se podía ver el exterior, como si realmente hubiese un cristal; y cuando a salir se disponía se levantaron fuertes ráfagas de viento. Y sin poder moverse, símil a un maniquí carente de voluntad, tan solo pudo mirar como, una a una, las puertas y ventanas desaparecían de la acera. Luego se hizo la oscuridad. Y ya no era nadie.. o por lo menos no podía ver quien era; así que probó a modelar su personalidad.
Fue tirano, ejecutando sombras imaginarias; fue creador, dando forma al bao de su aliento; fue poeta, recordando los sentimientos de aquella persona que no llegó a ser..
Y de pronto.. de pronto.. De pronto vio un cojín bastante familiar, lo había visto antes.. notó un boca reseca, sin saliva, seguramente de haberla tenido demasiado tiempo abierta. Se levantó y miró a su alrededor, un cuartucho lleno de vinilos y libros, esto era todo lo que a sus 29 había modelado. Sonrió.. y volvió a dormir



[lectura, dormir, voluntad, personalidad, música...]

Atardece

Hoy un mar de mentira jugaba a dibujar olas con la arena, y el silencioso sonido que deja la ausencia se colaba por cada centímetro que les separaba. Su pelo, ondeaba con una brisa que olía a ocle, como queriendo formar parte del indescriptible momento que estaba teniendo lugar.
Las nubes acudieron para teñirse de color atardecer, y unos envidiosos farolillos prendieron lo que para él parecían ser unos hipnóticos luceros anaranjados.
Todavia no la habia mirado. Y es que los reencuentros inesperados no siempre producen la sensación que se aguarda.

¿Sabes ya lo que se siente al no sentir nada? - le preguntó ella con la mirada de quienes se anhelaron durante toda una vida